Juicio.



La tarde intenta embellecer la ciudad para esperar a los fantasmas de la noche que vienen a juzgarlo todo. Pero la horripilancia es tanta que nada pueden los colores ni las buenas intenciones. Los fantasmas la abandonarán por la mañana con la sensación de que nada sirve aquí abajo y que solo la luz del sol esconde la fealdad que reluce por las noches, en la oscuridad.

¿Quién anda ahí?