Luces de noche.

La ciudad nunca está vacía, siempre se llena de soledades y miedos, de fantasmas del futuro que no fue, del pasado que insiste en seguir siendo y el presente imposible. Las promesas aturden con sus ecos mudos y sus gritos de miseria y cartón. La luz del día aún relampaguea en la noche, como una profecía de lo que no va a venir jamás, al menos hasta el amanecer.

¿Quién anda ahí?